miércoles, 21 de enero de 2009

Estado de miedo.

Eric David Montero Morales.

La noche llegó, su cuerpo menudo comenzó a ser vencido por el sueño, así que no encontró mejor remedio que entrar a la cama, pero algo extraño dentro de su ser no la dejaba en paz. Escuchó pasos en la azotea que por completo le cortaron el sueño, e inmediatamente se escuchó un estruendo en la puerta principal de la casa a causa de los golpes, seguramente propiciados por otro individuo. No sabía que es lo que iba a pasar después con su vida, las amenazas de muerte eran tan frecuentes que se acostumbró a ellas, pero nunca se imagino que en esta ocasión la venganza se consumaría.
En la sociedad actual la cultura del miedo se encuentra en pleno apogeo, en empresas, sistemas de gobierno, campañas políticas, medios de comunicación, etcétera; basta solo recordar la tan competida campaña electoral por la presidencia de la república, en la que organismos como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y el Partido Acción Nacional, emprendió una fuerte campaña mediática en contra del Excandidato Andrés Manuel López Obrador con la que generó una incertidumbre en la sociedad Mexicana sobre el futuro económico del País.
Lo importante aquí es que con la información manipulada se pueden lograr objetivos como el de Felipe Calderón que fue ganar la presidencia de la república a costa de lo que sea, o como dice el “ahiga sido como ahiga sido”.
Mientras el que escribe esto leía Estado de Miedo, -en particular la parte en la que un científico pretende desprender un iceberg en la Antártida para provocar su fundimiento, y así el nivel de agua de los océanos subiría alrededor de 6 a 8 metros con un solo objetivo: recaudar millones y millones de recursos por medio de propaganda mediática que hacía alusión al calentamiento global que generaba miedo a la población mundial- Aludío automáticamente a otras campañas mediáticas o mitos creados por el gobierno para crear incertidumbre entre la población: quién no recuerda al famosísimo chupacabras que fue utilizado en tiempos de crisis de nuestro país, y que hasta el momento no se ha podido comprobar su existencia.
De aquí surge una pregunta ¿hasta donde es ético usar el miedo para cumplir propósitos?, por supuesto que esto dependerá de la gravedad del problema. Ejemplo si a un niño de 10 años se le dice que si no se duerme vendrá un animal a comérselo. El objetivo quedará cumplido a reacción de la incertidumbre que se generó al pequeño, puesto que su imaginación comenzó a recrear al ser que entrará a su casa a comérselo si lo encuentra aún despierto.
Si a millones de persones se les envía un mensaje de que no salgan de sus casas porque existe la posibilidad de que cuando salgan morirán acribillados por un grupo de sicarios bajo el mando de organizaciones de narcotraficantes, mientras encienden la televisión y ven a soldados que detienen a pistoleros con arsenal pesado y cantidades de dinero inimaginable; al mismo tiempo la las semillas que son importadas a otros países quedan libres de aranceles, pero aun que lo hace público. La sociedad le da más importancia al problema de la inseguridad que al de las semillas importadas libres de impuestos, en primera por que una pequeña cantidad de personas sabe que es un Arancel, y en segunda no les interesa.
En las organizaciones empresariales el miedo muchas veces es usado para lograr incrementar la eficiencia, productividad y eficacia del personal. O en caso contrario, los trabajadores pueden anunciar que habrá un paro técnico, o sobreproducción con el propósito de meter incertidumbre a los altos mandos para lograr un incremento en el sueldo.
En el primer caso, tenemos que si a un determinado sector de una empresa, por ejemplo una fábrica de cubetas de plástico, si al departamento de ventas y al de producción se les informa que las ventas de dicha empresa han estado en picada y que es forzoso hacer un recorte de personal, tanto en ventas como en producción por que el personal no es lo suficientemente capaz de trabajar como se le solicita, a pesar de que se le dio el entrenamiento adecuado y las motivaciones suficientes. Inmediatamente la pregunta que surgirá entre los empleados será ¿Qué pasará con nuestros empleos? Y entonces como reacción al miedo existe una posibilidad de que el objetivo se cumplas. Por su puesto que no hay que olvidar existe uno de los efectos de la comunicación es conocido como boomerang, esto quiere decir que la reacción puede ser la no deseada o incluso contraproducente.
El párrafo de la primera página fue introducido como un ejemplo de lo que es el miedo, ese enfrentarse a lo nuevo a lo desconocido como se planteó alguna vez en clase. El comunicólogo tiene el deber de difundir de que los cambios que el proponga beneficiaran a alguna organización. Tal vez suena redundante y un mención muy trillada. Pero el profesional de la comunicación es eso: un factor que debe propiciar el cambio.