viernes, 12 de octubre de 2012

Amores adolescentes

¿Qué hace un veintisieteañero enamorándose de una adolescente de 15? ¿A caso no sabe que puede meterse en problemas? A eso se le llama abusador de menores, asalta cunas y pedófilo. Podría estar en la cárcel, por meterse con una menor de edad.

Así la cuestión.  Resulta que un hombre conoce a una niña desde hace varios años, el tiempo pasa y ya no es tan niña, ya tiene 15 años y empieza a jugar a ser adulto, a enamorarse y a jugar de otra manera. Resulta que no está mal, que tiene lo suyo, pero es niña al fin y al cabo.

Odia las redes sociales, que ama la la música de trios y demás canciones viejas, tiene afición por la lectura., además no habla tan mal, parece que tiene los pies en la tierra, parece que también le llama la atención un hombre que le lleva casi 12 años de distancia. Han platicado algunas ocasiones, parece que si hubo empatía entre ambos personajes, ella de repente juega con su cabello. Él se molesta, pero en el fondo le agrada que lo haga, sabe que puede meterse en problemas si hace algo mal así que decide decirle que pare con esos juegos. 






Ella lo mira con provocación, lo abraza, se recuesta en su hombro y cierra los ojos. Le dice que tiene flojera y quiere dormir. Los nervios del hombre se alteran cada vez más y culmina en una erección incómoda. Respira y lentamente para tranquilizarse. "Eres un moshtro pero muy bueno y por eso te quiero" le susurra; después en la habitación reina el silencio. 

No sabe si seguirle el juego, pero en lo que se decide le da un beso en la mejilla quiere besar su cuello, pero se detiene por que si algo pasa tendría problemas muy serios. Ella rompe el silencio de nueva cuenta, habla de su novio, que es muy guapo, que le regala muchas cosas, que lo quiere mucho, que sus padres aceptan la relación. Dos sentimientos se vuelcan en él, los celos y el alivio, le dice que ya es hora de irse a casa. 

Después se encuentran y platican, ella sigue con las miradas provocativas y él le advierte que no lo vea de ese modo por que podría enamorarse, recibe por respuesta una risa pícara. Le dice "si fueras más chico iniciaría una relación contigo". El silencio regresa, él sabe que si hace mal las cosas tendría serios problemas. 







La tercera vez que se citan él le dice que la quiere, que también le gustaría ser su novio, que ha echo las cosas mal con otras personas, pero que ella es su oportunidad de demostrar que no es un patán, que le ofrece mucho respeto. Confesa que la piensa, que le pone feliz sólo verla, que los fines de semana son su alegría por que aunque sea de lejos goza de su presencia. 

El hombre evidenció su enamoramiento pero ella le dijo que no puede ofrecerle nada, llora y  le dice que ha terminado con su novio, por que jugó con ella. La toma de la mano y la abraza, ella corresponde a ese abrazo y después lo rechaza "no quiero tu lástima". "No es lástima, yo te quiero y me bastó platicar unos instantes contigo". 

Siguen viéndose en el mismo lugar de trabajo, ella vende refrescos, el es taquero a revientacinchas. Ya no hablan del tema evitan cruzar miradas. Insinúan indiferencia recíproca, el se muere por dentro y teme meterse en problemas, ella parece no afectarle pues es adolescente.