sábado, 26 de diciembre de 2009

La última y nos vamos

Se había quejado varias veces de su dolor, y es que 70 años no pasan desapercibidos, más de 30 se la pasó auto medicándose, y bebiendo alcohol al lado de mujeres, amigos y compañeros o conocidos que también trabajaban como mariachis.


Tal vez ya esperábamos la noticia, sabíamos que las cosas iban a complicarse, pero aún así duele y mucho. Y más aún porque 24 años de mi vida los he pasado en su casa, y ni siquiera conozco realmente su personalidad.

La verdad es que fue un cabrón, pero el estar dando detalles de su vida sería ponerme en lugar de juez, sin saber qué es lo que me depara a mí con el correr de los años. Prefiero dejarlo así, en que fue un cabrón.

Era el 25 de diciembre del 2009, pasaban las 11:00 de la noche, llegue a casa y se me hizo raro que aún mi madre no dormía ni don Luis, además estaba mi hermana quien gracias a su carrera nos puede informar a cerca de su verdadero estado de salud.

Solo me limité a escuchar que su presión arterial estaba alta, y hasta ahí, al otro día me levanté con una resaca insoportable, de esas que dan cuando quieres en verdad a una mujer pero las cosas no pueden darse como uno quisiera. Y al reunirnos todos en la mesa concluimos en que don Luis ya está muy delicado de salud, el hígado lo tiene muy dañado y que ya está en la etapa final de su vida. No sé si tenga conocimiento o al menos presienta que ya en cualquier momento sus días están por acabarse, porque ya su cuerpo no da para más; la medicina solo está para calmar los dolores sin modificar la salud.

¿Qué pasará en estos días venideros? No tengo la más mínima idea, solo sé que duele por no compartir la vida y otros momentos como debiéramos. Y bueno solo espero que sus últimos días los pase tranquilo.