viernes, 19 de noviembre de 2010

Amigos los perros


He decidido cambiar de círculo de amigos, desde hace un buen tiempo tenía contemplado hacerlo pero había algo que no lo permitía. Tal vez la costumbre de estar siempre con ellos, pues han sido cómplices de tarugada y media en el corto tiempo de vida que he recorrido: travesuras de niño, pintas de escuela, borracheras y de otros pecados que sería mejor no escribir en este blog. ¿Para qué?

La verdad me harté de ver las mismas caras durante más de 15 años, -para ser honestos he perdido la cuenta -aunque hay quien afirma que desde que tenía 5 años me conoce- , escuchar los mismo comentarios, ir a los mismos lugares, hablar de lo mismo, criticar siempre a la misma gente y alimentar al maldito ego y a la  vanidad, haciendonos parecer unos aristonaco.

En días pasados tuve una pequeña riña con alguno de ellos, la “amistad” era larguísima, pero últimamente hubo fuertes críticas de él hacia mí y viceversa pero a espaldas de cada uno: ya sea por el trabajo, la escuela o actitudes pendejas que de repente mostraban nuestra tozudez como seres humanos y que eso daba pie a los señalamientos de uno sobre el otro.

De momento ese cerco que impedía señalamientos directos se rompió, se fugó la información como dicen por ahí. Hubo un reclamo y el disgusto no tardó en llegar, me mandaron a la chingada solo por pedir que cualquier crítica, sugerencia o cuanta cosa se les ocurra a cerca de mi trabajo se me diga personalmente.

Simplemente no aguantó vara, ahora dice que yo soy el encabronado, el que no le habla cuando se lo encuentra en la calle, y el orgulloso que no acepta críticas. A veces uno no las acepta, y llegan a  perjudicar. Pero duelen realmente cuando estas son de quien se dicen amigos y esperas que te las digan en persona ,y no solo hablo por aquel con el que estoy que no me dirijo la palabra, si no por otros más que hasta de brother me tratan  pero por atrás tiran la puñalada. 

Alejarme de los mismos no me hará mal, allá que hagan sus vidas y que continúen con su cizaña, solo me queda señalar que uno de los errores que he tenido es complacer con mi trabajo a aquellos que se decían Amigos.