sábado, 2 de abril de 2011

De regreso a las andadas


Hace ya unos años, que se me había metido la idea de formar un grupo de rock, por una simple y sencilla razón: yo crecí con la música, fue el oficio de mi padre y  de dos de mis hermanos, y aunque en realidad durante mi niñez y parte de mi adolescencia me pasó por la cabeza el pensamiento de serlo. 

A los 16 años me obligaron a entrar de mariachi, la pena me invadió y pensé “¿yo de mariachi?, ¿qué dirán mis amigos?”. Además me preguntaba “¿qué de extraordinario tiene ser mariachi?”. La respuesta la fui encontrando poco a poco, y la vergüenza también la fui perdiendo, además aprendí que la música no es para nada fácil, y menos la de mariachi. El ritmo podría escucharse muy sencillo, “chun tata chun tata chun tata”. Pero el beat de un metrónomo podría decirnos si somos aptos o no para la música, de acuerdo a nuestro grado de arritmia.

En 10 años que he sido mariachi lírico he vivido las mejores experiencias, desde discusiones fuertes en los trabajos, hasta las mejores borracheras, claro después de haber cumplido con el servicio. Ebrio la verdad es difícil retomar la línea del tiempo, por más que uno insista en que borracho se trabaja mejor.

Fue en el 2007 cuando decidí cambiar de género, al fin unos amigos y otros no tan amigos, decidimos formar una banda. Tal vez en aquel tiempo fue por pose, aunque lo que sí puedo asegurar que tenía calidad, los ensayos generales eran de 3 horas un día, y con guitarra y bajo eran de una 2 horas una vez a la semana, y aparte el tiempo que particularmente cada uno quería dedicarle a su instrumento.

Después de algunos 2 años tronó todo, el romper esa línea del respeto ocasionó que todos se hartaran de todos. Literalmente nadie se soportaba, y nadie tenía tiempo para seguirle.

Han pasado ya varios años, cada quien ha tenido sus experiencias personales, y se retoma lo de la banda, se sustituyen a dos personas. Y comenzamos con los ensayos. Espero que esto tenga más duración y aunque parezca iluso que la música y el rock nos den de comer un poco. Aparte de músico lírico, soy reportero, pero no quiero acabar como un costal de nervios, bastante tengo con mi paranoia habitual. 

Aclaro sigo siendo mariachi,  y lo seguiré siendo con el paso del tiempo aprendí a amar esta trabajo, aunque muchos degraden el oficio.